Charco de los clicos: También conocido como charco verde. Este lago está formado por el cráter de un volcán que se sumerge en las aguas del océano. Su color verde es debido a las algas que habitan en su fondo.
Playa de Papagayo: Es una de las playas más populares de la isla. Es una pequeña cala con forma de bahía y sus aguas color esmeralda suelen permanecer siempre inmóviles simulando una piscina.
Parque Nacional de Timanfaya: Paraíso volcánico de más de 5.000 hectáreas. Repleto de colores anaranjados, ocres, rojos, negros y pardos, en este parque conviven 25 volcanes.
Fundación César Manrique: Esta casa-museo muestra la forma que el pintor, arquitecto y escultor lanzaroteño quiso darle a su isla. Convirtiendo 5 burbujas volcánicas en habitaciones, esta casa expresa la visión del artista más querido de Lanzarote. El Museo del Campesino también muestra como el arte de Manrique se une con la tradición de la isla canaria.
Los Jameos del Agua: Esta cueva volcánica con su propio lago natural es una de las paradas casi obligatorias en la isla. No solo es un lugar tranquilo y mágico, sino que también es el hogar del cangrejo albino, que solo se puede encontrar en esta cueva.
Los Hervideros: Es aconsejable visitar los Hervideros cuando el mar está bravo, ya que eso hace que las aguas golpeen más fuerte contra las cuevas entrelazadas que están bajo tierra y hiervan saltando, así, al aire en forma de nube de agua. La visita a este espectáculo volcánico es gratis.
Jardín de los Cactus: Este jardín, situado al norte de la isla, fue creado por César Manrique. Aquí habitan más de 1.400 especies de cactus de todo el mundo y, desde él, se contemplan unas vistas espectaculares.