África

Dakhla

El secreto del desierto

Esta ciudad del Sahara Occidental que está situada a unos 550 kilómetros al sur de El Aaiún, es una reserva natural protegida que conserva intacta toda su magia con horizontes infinitos, mar azul, colinas de dunas que acaban en el agua y puestas de sol espectaculares.

Este lugar es perfecto para unas vacaciones de deporte, de aventura o de descanso. Dakhla ofrece la posibilidad de vivir una experiencia diferente cada día, en el mar o en el desierto. Es conocida como uno de los paraísos del kitesurf y otros deportes acuáticos que se combinan con excursiones en camello, 4x4, etc. La temperatura media es de 28º.

Isla Dragón: Esta pequeña isla inexplorada se encuentra al lado de la península Río de Oro. Su forma de dragón la hace atractiva a los ojos de cualquier visitante.

Piscina de Imlili: En esta zona alejada del centro de Dakhla podemos encontrar unas piscinas naturales que se han formado dentro del propio desierto.

Bosque de acacias negras: Este pequeño bosque también se encuentra alejado del centro de la ciudad. Sin embargo, merece la pena ver este extraño fenómeno dentro del desierto.

Pozo de Asnna: Es el spa natural de la ciudad. Gracias a sus prácticas tradicionales y a sus masajes relajantes, este spa deja como nuevo a todo aquél que lo visita.

Playas de PK25 y Forum el Bouir: La primera, se encuentra a los pies de un hotel que recibe el mismo nombre y es una de las más famosas. La segunda es tanto una playa como una laguna y es muy conocida por los surferos que visitan la ciudad.

Laguna de Dakhla: Esta laguna dentro del desierto es todo un lujo para los amantes del kitesurf, deporte que se practica todo el año en esa zona.

Duna Blanca: Esta duna, con una laguna en el medio y una arena blanca que ilumina el agua, es el paraíso en el desierto. Es muy conocida entre los kitesurfistas por sus condiciones de viento.

Pescados: Lo más normal es comer los que recogen los propios pescadores todas las mañanas y se los venden a los restaurantes y hoteles de la zona.

Navajas y ostras: Al igual que con el pescado, los pescadores suelen cogerlos a primera hora de la mañana para que los restaurantes y hoteles los preparen frescos.

Cuscús: Esta comida típica del norte de África es una pasta de sémola con carne y verduras.

Mreifisa: Se trata de un pan sin levadura que tiene carne de conejo. La carne se debe cocer previamente en la arena.

Arroz con pescado: El arroz es uno de los alimentos más consumidos en este país y, en Dakhla, se sirve como guarnición del pescado.

Ezzmiti: Es un tipo de cereal tradicional de África.

Tayyin: Es un plato típico elaborado a base de carne de camello o cordero.

Moneda: el dírham marroquí.

Idiomas oficiales: árabe, francés y español.

Documentación necesaria: Los españoles no necesitan un visado para entrar como turista a Sahara Occidental.

Clima: en Dakhla, los días son muy cálidos y las noches muy frías. La temperatura máxima normal suele rondar entre los 25ºC y 30ºC, mientras que las mínimas se sitúan entre 10ºC y 15ºC. Sin embargo, en los meses de verano, las temperaturas máximas se disparan y llegan a más de 40ºC.

Vacunas: obligatorias ninguna. Sin embargo, se recomienda la vacuna de la tuberculosis.

Está ciudad, antiguamente conocida bajo el nombre de Villa Cisneros, se encuentra en la península Río de Oro, al oeste del Sáhara Occidental.

Es conocida como el punto en el que el mar y el desierto se unen en uno solo y es muy famosa entre los amantes de los deportes acuáticos como el surf, el kitesurf y el windsurf, deportes que se pueden practicar durante todo el año en las costas que baña el Océano Atlántico gracias al viento que suele acompañar a sus costas.

El regateo es una práctica extendida en todo el país. De hecho, que el cliente no quiera negociar puede resultar incluso molesto para los vendedores. El primer precio que te dirán será generalmente muy elevado, redúcelo considerablemente en tu oferta y, a partir de ahí, déjate arrastrar por el juego.

Otra recomendación a tener en cuenta tiene que ver con el consumo de agua. No la bebas nunca del grifo y, cuando la pidas en algún local, asegúrate de que la botella no esté abierta. Tampoco es buena idea tomar fruta sin lavar o alimentos no cocinados. No es que te vaya a ocurrir nada grave; simplemente, que nuestros estómagos europeos no están acostumbrados y pueden sufrir alguna “incómoda” molestia.