La ciudad es de gran tamaño, de hecho, tiene en torno a un millón de habitantes. Sin embargo, las cosas que tienes que ver en Tánger se concentran en pocos barrios, lo que facilita que se pueda recorrer caminando sin problemas. Entre las visitas imprescindibles están la Kasbah, la Medina, la Plaza 9 de Abril, la Gran Mezquita y el afamado Café Hafa, entre muchas otras.
La Kasbah de Tánger es una de las partes más antiguas de la ciudad y uno de los lugares que no te puedes perder. La antigua ciudad amurallada es la quintaesencia de la experiencia en Tánger, con paseos serpenteantes que conducen de una zona a otra. Aunque es bastante fácil perderse en la Kasbah, perderse es parte de la diversión de pasear por esta zona de Tánger. Aquí te encontrarás con muchas sorpresas, ya que nunca se sabe cuándo puedes doblar la esquina y encontrar un restaurante increíble que recordarás para siempre o la alfombra perfecta, etc. Verás a los ancianos tomándose el té y jugando al backgammon. Desde la cima de la Medina tienes las vistas más espectaculares de la ciudad.
La Plaza 9 de Abril, histórica plaza que recuerda el día en el que la visitó Mohamed V, en el año 1947, para comunicar el deseo de independencia de Marruecos. Es un espacio de encuentro de gran tamaño, con zonas de bancos, una gran fuente de mármol y palmeras. Recorre su perímetro para conocer la mezquita de Sidi Bou Abib, de la que resalta su minarete policromo, cuyo origen se remonta al siglo XVII, y acceder tanto al Gran Zoco como al Pequeño Zoco. La mejor manera de empaparse de la vida de la plaza es sentarse en una terraza, disfrutar de un té marroquí a la menta y dejar pasar los minutos y las horas. La puerta Bab Fahs da acceso a la medina.
Paseando por las callejuelas de la parte alta de la Kasbah de Tánger, ¿por qué no hacer una parada en el pintoresco Cafe Hafa? Ahí podrás disfrutar de unas fenomenales vistas al mar azul. Esta cafetería es conocida por su delicioso té de menta, pero es aún más famosa por ser un lugar por donde han pasado muchos cantantes y escritores de principios del siglo XX. Se sabe, por ejemplo, que tanto los Beatles, los Rolling Stones y el escritor William S. Burroughs, entre muchos otros, han sido clientes de este establecimiento. Desde la decoración de estilo de los años 20 hasta las vistas impresionantes y la sensación general de asombro al saber quién más ha comido allí, el Café Hafa es una parada turística muy popular.
Como hemos dicho, por la medina o ciudad vieja han pasado pintores, escritores y artistas muy famosos a través de los siglos. Cuando la recorras, entenderás por qué los artistas encuentran inspiración por estos lares. Paul Bowles, Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William Burroughs son otros personajes populares que tenían como lugar predilecto la medina de Tánger.
La ciudad nueva es un lugar maravilloso para los amantes de la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX, pues hay edificios muy bonitos que pertenecen a este período. Aquí está la Terraza de los Ociosos, un lugar maravilloso para tomar un café y donde se han inspirado numerosos artistas europeos. El puerto queda justo al frente, así que, si prestas atención, no solo tienes una vista maravillosa del mar sino que de fondo se nota la silueta de Gibraltar y el sur de España con un cielo despejado.
El puerto es el lugar imprescindible de Tánger. Te sugerimos visitarlo teniendo en cuenta que es uno de los puertos comerciales más importantes y con más historia, aunque actualmente es un sencillo puerto en el que verás a los pescadores en sus faenas. No es un puerto turístico, así que no verás mucho movimiento de turistas ni grandes embarcaciones. Pero es uno de los lugares más auténticos de Tánger.
La Gran Mezquita de Tánger no pasa desapercibida ni por su color ni por su altísimo minarete y, sin duda, es un lugar de interés. Se construyó sobre un antiguo templo romano que databa del siglo V. Con la conquista portuguesa, este lugar se convirtió en una catedral, hasta que en el siglo VIII se convirtió en sitio de oración para los musulmanes. Desde entonces, ha sido iglesia y mezquita en varios períodos respectivamente. Por eso el edificio ha pasado por numerosas transformaciones a lo largo de los años, así que es uno de los lugares de mayor interés arquitectónico que ver en Tánger.
El Cap Spartel es un cabo a 11 kilómetros al oeste de Tánger, marca el extremo noroeste de África. Es un promontorio que marca el límite del Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico. Una de las cosas más bonitas que hacer en Tánger es venir a admirar el atardecer desde aquí. Las Cuevas de Hércules se encuentran debajo de este cabo; la mitología cuenta que Hércules durmió aquí una vez. Es un lugar de increíble belleza.
El Cabo Malabata es un hermoso cabo situado a unos 10 kilómetros al este de Tánger desde el que, además de las increíbles vistas del Estrecho de Gibraltar, podemos disfrutar de su encantador faro. También hay un castillo de estilo medieval que fue construido a principios del siglo XX.
La Iglesia de San Andrés es una iglesia reciente, del año 1905, que incorpora elementos arquitectónicos tradicionales marroquíes. Precisamente por el estilo tan característico de la fachada es que recomendamos una visita.
Tetuán: Con una medina declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la ciudad de Tetuán es una visita muy recomendable desde Tánger. Sólo por recorrer su medina habrá merecido la pena la escapada. Es un placer observar a los artesanos trabajar en la puerta de sus talleres o tiendas, y recorrer las callejuelas jalonadas de casas blancas y verdes. No te pierdas el Barrio Judío, el Mellah, donde se sitúan las joyerías y que conduce al Palacio Real, otra parada esencial.
Arcila: Asilah queda a unos 40 km de Tánger en el extremo noroeste de la costa atlántica de Marruecos y es una ciudad que tiene una historia que se remonta a la época romana. En los últimos siglos la ciudad ha estado bajo el control de España y Portugal. Su arquitectura actual sobre todo tiene mucho que ver con las construcciones portuguesas.
Larache: Es una ciudad costera a 88 km de Tánger y también es el asentamiento más cercano al yacimiento arqueológico de Lixus. Aquí es donde, según la mitología griega, Hércules recogió la manzana. Dicho yacimiento incluye un templo, un teatro, una acrópolis y baños, y aunque el sitio está cubierto de maleza, es muy atmosférico.
Chefchaouen: Si hay una ciudad marroquí que enamore a primera vista esa es Chefchaouen. Su calles y casas teñidas de azul y blanco inundan el plano urbano de una luz que llena de vitalidad a cuantos la visitan. En una excursión de un día desde Tánger tendrás el tiempo justo de recorrer su medina, pasear por la Kasbah y por sus jardines, curiosear en las decenas de tiendas de artesanía, y hacer una parada en su museo.